¿Qué hablará Tesla con el relámpago y el trueno? Un rayo de luz entra por mi ventana. Es la puesta del sol y matices llameantes y miles de colores dan vuelta sobre la mariposa, y versos del Fausto ondulan en las aguas del río.
Un Tesla sinestésico es un rayo silencioso.
Un meridiano en mis pensamientos.
La luz inventada en los sonidos y colores del ocaso...
Rafael Deliso. 20/12/2017
Dedicado a Nikola Tesla, quién iluminó al mundo con sus inventos.
Se pueden contar las estrellas en un número infinito que uno pueda ser el comienzo y el infinito el final. Tú y yo Nosotros Ellos en un cúbico tuyo y ellos... Rafael D Guerra 25/12/2017
Blancas cordilleras de nubes blancas. Cúmulos o copos de algodón al sur donde mis pies son tierra, y esperanza en las gravillas de mis caminos. ¡Nubes de mis alegrías y de mis dolores! El cielo azul es un golfo donde se lamentan mis peces. Cielo de mi libertad, aherrojar no puede el viento, ni obnubilar los cerrojos al corazón. El horizonte es un mapa. En el laberinto de mis sueños, el agua y la luz dejan la rendija abierta por donde se escapa mi prisionero...
BOLÍVAR. Yo te conocí entre los caminos polvorientos de todos los pueblos de América. Fuiste el elegido de las estrellas para empolvorear con tu luz los senderos de la justicia. Fuiste el faro del Caribe. Y entre luciérnagas alumbraste los océanos a tu paso. Llevabas el sueño de Don Quijote. Y a tu dulcínea Manuelita Sáenz como la libertadora de tu alma. ¿En dónde estás Bolívar? Tus pies eran barro cocido. Tu piel el olor de los páramos andinos. ¡Oh Libertador tu gloria aún alumbra los venideros siglos! Una orquídea te brindó el cóndor del Perú. Lloraste a Sucre en su vil muerte. En su paso por el estrecho a Cabuyal, en esas montañas de Berruecos. Tu vida destrozada. ¡Sucre la columna de América!
¡Bolívar cuánto sufriste!
Solo y abandonado moriste en Colombia, en Santa Marta, defenestrado de todos aquellos territorios que tu genio había liberado.
¡Oh, Bolívar, Padre de América!
Tu voz aún resuena en Los Andes. Tu eco en un laberinto en las frondas de los árboles, dibujado por Don Andrés Bello, en La "Silva a la Agricultura de la zona tórrida" Entre hojas palpitas. Eres la salvia del pueblo. La levadura lista a levantar el pan. Tu juramento en el Monte Sacro, en Roma, sigue vigente. No fue en vano.
Francisco de Miranda, el Precursor. La poesía en el libro con fuego y sangre. Barco en tus mares. Inspiración a tus ideales. El tricolor patrio.
Muchos caminos faltan por recorrer.
Simón Rodríguez, el Robinson Crusoe, de las quimeras quebrantables, te sigue soplando sílabas y letras debajo de aquel samán.
Bolívar el inmortal.
La espada encendida en América. El catatumbo infinito que sigue alumbrando el cielo en las noches tórridas de los meses de diciembre.
Rafael Deliso Guerra. 17/12/2017 Propiedad intelectual de Rafael Deliso. Todos los derechos.
Wahari-Kuawai en tu árbol sagrado brotan los frutos del universo. Pende el infinito en tu tope y de tus ramas eternas los frutos brotaron cayeron y dieron vida a la Amazonia. Wahari y Ruayei cortaron el árbol. De sus ramas se formó los bosques del río Cuao. De las otras ramas que cayeron al oeste se hicieron brotar las montañas Sapapo, waichi y Uripikai. Del rocío nació un lago.
Payara, gran pez saltó y formó golpeando con fuerza el tronco de Wahari Kuawai, las cuevas del Autana.
Voló y cruzó montañas hasta crear la gran Cueva del Autana, por último, sobre el río Umaj-aje se hizo de nuevo pez.
Rafael Deliso Guerra. 15 de diciembre 2017 Todos los derechos reservados ®
Nos morimos en una ráfaga de indiferencia. Se seca el limonero de mi infancia. La poesía queda dispersa en la hojarasca. La voz sentenciada. El eco en algún recoveco del camino. Nosotros los que quedamos ya no estaremos mañana.
Abandonados, desasistido de la vida. Sin luna ni estrellas en los estanques, caminamos hacia el abismo con un cortejo de luciérnagas por séquito silencioso. Somos los tatuados por el destino, llevamos bajo la piel un número indescifrable.
Sentenciados.
Del otro lado, seguirá saliendo el sol, debajo de los puentes correrá el agua, y tu caminar deprisa no estará pendiente de la sutura del mes de diciembre.