Quédate conmigo en este verano, en este atardecer... Sobre estos muros. Hagamos una primavera de besos al caer los plomizos silencios de cuarzos. Te sentirás sola al verte en el espejo cuando las hojas hayan caído silenciosas. Ven y toma mi mano. La vida es breve. Sígueme los pasos con tu piel Al final trazaremos el arco iris juntos y el camino se tornará más tranquilo con tu amigable presencia. Y con mi voz fugaz en el bambú del río que dejan suspiros en los peces del cielo...
Aunque no estuvieras, aunque los nidos quedaran vacíos, y tú como alondra te perdieras en el cielo infinito de un día cualquiera, y volaras y no pudiera ya tener el calor de tus brazos, y un hogar me faltara. Vagaría sin hogar. Sin ti. Sin un promontorio de casa. Sin esos pinos silvestres. Sin el olor de tu tierra húmeda, ni tus pájaros. Sin esos ríos cóncavos hundidos en mis ojos. Hoy no tengo hogar tú lo sabes... me arropa un cielo abierto. Al despertar un pájaro en el cableado de la luz da un breve concierto trémulo de notas tristes. Unos atardeceres flácidos. Quizás nostálgicos como flechas lívidas. Y voy en busca de un hogar, en los moribundos soles, que van dando entrada a tus estrellas resplandecientes en la luz de tus ojos...
Nunca dejes de creer en la vida. Ni borres tu niño interior. Dentro de ti, a tu lado, hay un ser dulce e invisible. Siembra la semilla de la fe. Cree que aunque el desierto sea inhóspito en algún lugar crece una rosa para ti. El amor es la condición suprema de la vida. Ama y espera. Nunca dejes de sonreir. Las lágrimas también son recompensas del cielo, déjalas salir. Todo tiene un por qué y una razón. La vida nunca dejará de dar sus flores ni sus arco iris ni su lluvia por mucha maldad que haya en la tierra.
Ten fe que todo a tu alrededor Dios pondrá sus tildes y sus comas y su punto final...
Te escribo estas notas cuando ya el otoño llega a mi vida y los ocasos se hacen grises. Grises como los troncos cuando el verano los ha agrietado con el paso de las estaciones y sus lunas... El cuerpo es una dura corteza. Del alma pueden aflorar primaveras cuando tenemos la opción de amar.
El amor es la Creación de Dios.
Puede ser una lágrima a veces solapada. O la risa frágil y fresca de un niño.
El amor es Dios.
Es darnos abierta y profundamente sin resabios y con el sosiego de sentirnos feliz.
Envejecer es la gota que cae en el rocío al amanecer. Y al atardecer brilla en la pálida estrella detrás del cerro.
Esta mañana estamos tú y yo a kilómetros de distancia, quizás al doblar de la esquina o a un paso para leer esta reflexión.
Te escribo estas notas para decirte:
¡ama! Ama sin importar si la flor es tuya o es de la vida.
Con los años el amor se decanta como el vino y su aroma y sabor es y será como la primavera.
Te escribo estas notas para decirte:
Nunca dejes de amar. El amor es eterno. Haz el bien y ama misericordia. Y mantén tu verdad envuelta con papel de arcoiris y con la bondad dulce
que todo lo mejor que des te será devuelto. Y sé sincero y honesto con todos.
El amor siempre estará contigo.
En esto consiste la vida...
Rafael Deliso 19 de abril de 2017
Gracias por sus visitas a mi blogs, y les invito a conocer mi canal en Youtube, Rafael Deliso. A todos los países que me leen les mando un gran abrazo. ¡Dios los bendiga a todos!
"Para ti que de engaño en engaño te engañas,pasarás toda la vida desengañada".
No lleva vestido el verdadero amor. Se viste de pureza y de la luz del cielo. No tiene máscara. Ni se maquilla. Ni finge ni posa. El verdadero amor gira en la flor al compás de la música dulce y bondadosa.. Es pájaro o mariposa. No engaña ni miente. Es tan simple y espontánea como ama y siente. Al amar es bosque y fuente. Al sentir es viento y caricia. No dura un día su brillo ni sus pasos son tan cortos.
Ni distingue lejanía sombra ni distancia.
Su verdad es cercanía. Su peso eternidad porque no engaña sino que dice la verdad cuando se trata de amar.
Las paredes tienen grietas, el corazón tiene grietas. La piel ha quedado hendida. El día se cae a pedazos grieta a grieta. Y los atardeceres mueren tras los ventanales con grandes fisuras en el horizonte. Se ve la esperanza como lánguida en los charcos del amanecer, tras las primeras lluvias. Es un tiempo de espina en las fugaces rosas. Ventisqueros abiertos en la montaña. Urbe agonizante. Pájaro sin ruta en el mapa conceptual del día. Abocados nombres en la brisa... El protagonismo es el de la soledad, rendija espumante con olor a cigarrillo voraz...
Señor cuando veo tus flores y la belleza con que las vistes, sé que eres un Dios de amor. Tu bondad está en todas partes y nos regalas la belleza de tus cosas aún cuando no la sabemos cuidar y muchas veces nos alejamos de ti por desobediencia y necedad, pero tú nos recoges con amor y con tu salvación por amor de tu hijo Jesucristo.
Suave y alto floreces. Tu verde es verde de oliva. Silencio de árbol que nada dices. Pero todo lo dices.. De tus ramas canción del viento en las tardes junto al silencio de las estrellas en el cerro. Cerro de hojas y de verdes ríos. Como un silencio de vocales en tus aguas.... desnudo de ramas con el silbante frío.