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EN ALGÚN LUGAR DEBE ESTAR.
Alguién que me ayude a escapar.
Los horizontes se cierran con candados de musgos y lianas que cuelgan.
Ando devastado de bosques y sonoro de río.
No soy el mismo desde aquellos atardeceres donde mi lucero se ahogó
en el pantano.
Alguien que venga por mí y me saque del lodoso estanque.
Mi vida ya no es la misma.
Quiero escapar.
Las cucarachas rondan mis platos vacíos.
Me parezco a los insectos rastreros.
¡Auxilio!
SOS
Nadie contesta.
Mis sueños y hambre se confuden.
Llámame.
El aceite de mis lámparas arde de insomnio.
Soy la etiqueta de esperanza detrás de las cortinas sucias.
¡Apúrense!
Mis latidos quieren ya entrar al camposanto
y noctívagos volar
en la selva del olvido hasta las regiones
equinocciales del silencio.
Rafael Deliso
27/10/2017
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