la pisada de tu mirada,
el tacto de tu olfato.
El sonido de tu gusto.
¡Esta tarde te extraño!
¡Qué desolados están
los lirios en la plaza!
Y el río corre silencioso.
Los pájaros vuelan
con el carmesí del crepúsculo.
y llevan sus alas quebradas.
Y quebrado llevo mi corazón
por ti, sin ti, contigo.
Y faltan los amaneceres,
el atardecer de la rosa.
La herida que deja la lluvia
en el relámpago.
Los lirios lloran de rocío
tu ausencia,
y va muriendo el ocaso.
Y una espina de rosa
encona la tarde,
y cocuyos encienden
la noche desnuda
sin ti...
Rafael Deliso.
08/07/2016
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
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