Oración a Dios en un día lluvioso.

Señor hiciste los cielos y la tierra.
El rocío de la mañana.
La lluvia que refresca la tierra.
El sol que da calor a la hierba del campo y a los árboles.
Pusiste música en los pájaros para alegrar los días del hombre sobre la tierra.
También pusiste las pruebas para que brillaramos como el oro purificado en el fuego del dolor y los sufrimientos.
De que le sirve al hombre el trabajo y jactarse de su faena porque todo es vanidad y nada recoge sino cargas y orgullo por creerse autosuficiente.
El trabajo no salva. Ni el alimento.
La soberbia conduce al abismo.
Dios en su infinito amor no tiene la culpa de las cosas del hombre.
La muerte y la enfermedad son producto del pecado.
Dios no se goza del mal de nadie.
Las guerras y los conflictos son producto del apartarse del camino recto y de las leyes del Señor .
La vida es más que el alimento y un techo.
Dios le da abrigo a las aves del cielo y no desampara a sus hijos.
Las almas golpeadas son las más libres y las que alcanzan la perfección del camino cuando el corazón es purificado de la maldad del hombre y de esta tierra enferma de odio , maldad y pecado.


Rafael Deliso Guerra
16 /9 / 20

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