Nada es fácil cuando los obstáculos se cierran,
y cierran tus pasos.
Pero que una ventana al final deja entrar su luz
silenciosa.
Luz misteriosa que no tiene origen.
El amor no es materia fácil, y a veces se hace
materia incomprendida.
Y en esa luz sin origen, todo se cree y todo
se olvida.
Ella prendida a esa distante luz.
Luz de los ojos, de los mares, de los caminos
intransitados.
Incomprensibles son los ocasos sin apagarse
y que dan entrada a la misteriosa noche con
su lívida túnica.
Atada está la hora y se revuelca con furia en el
andén de la estación.
Busco ver el reloj y no llega.
Busco el verde boscoso de su mirada y se extravía
aún más en la espera.
Arde la luz en el agua.
Un círculo de pájaros en la plaza hacen sinfónicas
melodías casi silenciosas.
Ella casi llega en un recodo de voz bulliciosa.
Voz de pájaro o sonido de hierba.
Incorpóreo instante.
Sinestésico rubor que embriaga.
No, no era ella.
Alejándome voy con presurosos pasos.
El día deja sus frutos entre cenizas y escombros.
El día cierra sus puertas.
Rafael Deliso
25/02/2014
Breves apuntes en mi cuaderno. por Rafael Deliso se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Basada en una obra en http://ubunturamade.blogspot.com/.
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