CHIQUIMULA.

CHIQUIMULA.

A Magda García.

Fragancia chortí,
aún a lo lejos tus antepasados
y ahora tus voces se sienten
en Olapa, Camotan y Jocotan,
y latidos en Quetzaltepeque.
Vibrán en tu tierra o
lugar de pájaros.
Es tu voz maya,
asentada en ese extinto
volcán  prehistórico,
piedras volcánicas o chatún
que resplandecen  como joyas
de antiguos dioses,
en sus múltiples colores.
Antiguos reinos selváticos
recreados en mesoamérica,
y en tu Cristo negro,
que cuentan la leyenda
que es negro por estar asentado
en un cerro encantado,
de aquellos pobladores mayas,
 que adoraban a Xibalbá,
que lo pintaban de negro,
por eso la analogía.
Cristo negro, Xibalbá.

Chiquimula
eres el axis-mundo.
Ombligo de la tierra.
Piedra de cuarzo.
Santuario del Señor de
Esquipulas.
Sincretizado en tus deidades
mayas-españolas.
Fúndese en una sola.

Lugar de pájaros,
de bellas mujeres.
De ríos y montañas.
De fragante música en
tus árboles,
madera fina  y sonidos dulces.
Bosques húmedos y
subtropicales.

Tu fragancia se extiende
en la orografía,
de tus volcanes y pájaros.
Y mi corazón late
en tus suspiros
y en este aire que respiro.

Chiquimula,
impaciente este corazón
por ti
en esta hora
deambula...


Valencia-Venezuela.

Rafael Deliso
6/5/2016


CHIQUIMULA. por Rafael Deliso se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
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